Llora Laertes, triste,
la ausencia de su hijo,
Odiseo, estrella del mundo.
Su añoranza a la caza remite
del Jabalí del Colidón
y al Vellocino su orgullo.
Hoy, Odiseo ha vuelto.
A él la treta une, aunque viejo,
contra los pretendientes, sin compasión.
Laertes, triste en su recuerdo
del hijo que de Sísifo quiso
y por amor a Anticlea se dio.
TURKANA
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