Está la flor abierta al perfume
como nuestros ojos abiertos al amor.
Los colores desplegados al viento
y en nuestros ojos un rocío de ausencia reluce.
Pasa el día y pasa la noche
sobre un campo infinito de amapolas,
tulipanes y bravas aguas oceánicas.
La nieve en las montañas espera.
Adherida a la dura roca
asienta su instinto de permanencia.
Esperamos, yo y la nieve,
el calor de la futura primavera.
Están hechas nuestras vidas de futuro
y por él, en nuestra mente, la ilusión vuela.
TURKANA
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