En la montaña de Yen-Shih las doradas hojas del otoño
caen y yo voy a la torre de nuestra casa
para pensar en ti.
En el cielo se abren
las azules nubes de las aguas
y de las llanuras fronterizas
llega el primer aliento del invierno.
Ahora los hombres de las tribus
están en el desierto rehaciendo sus fuerzas
y los mensajeros de Han ya han regresado
de Yu-men Huan.
Pero no hay noticia alguna del retorno de mi marido
y siento cómo mi corazón se quiebra
mientras veo marchitarse las orquídeas.
Li Po
TURKANA
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