jueves, 6 de noviembre de 2008

RAZA MARRÓN


Hay una raza marrón y arrugada,
hay una vida miserable y triste,
hay una vida sumida en el trabajo que mata.

Esta tarde he descendido desde mi guarida alta
en las cumbres nevadas y he bajado por la ladera
de la Gran Montaña. Primero, en la lejanía,
fue una voz ronca, de cansado acento que lloraba,
que reía, ¡ qué sé yo qué decía aquella voz perdida
en el camino que reptante se acercaba a la aldea sumergida
en el Valle Hondo !

Ya volvía el trabajador de su trabajo, sus manos
prietas en la hazada sobre el hombro golpeando,
a cada paso, con su filo el cielo que herido sangraba
disperso por Horizonte. El trabajador se para en su camino
y bebe de la Fuente del Caminante un agua
que según leyenda del lugar fue Dios quien la puso
para con cada trago bendecir el sudor en Alianza
con Adán.

Y el Pueblo allá abajo perdido con la tierra
que burbujea terrones que son hogares.

El trabajador sigue Camino Abajo y el Pueblo sigue
y hundido, cada vez más, sigue hundiéndose el trabajador.
Fotografía: Daniel Pozo Blasco
TURKANA

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