sábado, 25 de agosto de 2012

AMOR Y VIDA




La belleza son tus ojos de niña,

tus ojos de niña en tus ojos de mujer.

Tu risa abierta y tu alma a flor de piel

acrecientan en mi el amor y la vida.


Un espacio infinito y privado,

han creado tus palabras y las mías

 y un misterio de luna y viento nos mira

escondido y en la sombra apartado.



TURKANA

Acuarela: Tóbal


martes, 21 de agosto de 2012

UN CAÑÓN EN EL CULO

                               
Si lo hemos entendido bien, y no era fácil porque somos un poco bobos, la economía financiera es a la economía real lo que el señor feudal al siervo, lo que el amo al esclavo, lo que la metrópoli a la colonia, lo que el capitalista manchesteriano al obrero sobreexplotado. La economía financiera es el enemigo de clase de la economía real, con la que juega como un cerdo occidental con el cuerpo de un niño en un burdel asiático. Ese cerdo hijo de puta puede hacer, por ejemplo, que tu producción de trigo se aprecie o se deprecie dos años antes de que la hayas sembrado. En efecto, puede comprarte, y sin que tú te enteres de la operación, una cosecha inexistente y vendérsela a un tercero que se la venderá a un cuarto y este a un quinto y puede conseguir, según sus intereses, que a lo largo de ese proceso delirante el precio de ese trigo quimérico se dispare o se hunda sin que tú ganes más si sube, aunque te irás a la mierda si baja. Si baja demasiado, quizá no te compense sembrarlo, pero habrás quedado endeudado sin comerlo ni beberlo para el resto de tu vida, quizá vayas a la cárcel o a la horca por ello, depende de la zona geográfica en la que hayas caído, aunque no hay ninguna segura. De eso trata la economía financiera.

Estamos hablando, para ejemplificar, de la cosecha de un individuo, pero lo que el cerdo hijo de puta compra por lo general es un país entero y a precio de risa, un país con todos sus ciudadanos dentro, digamos que con gente real que se levanta realmente a las seis de mañana y se acuesta de verdad a las doce de la noche. Un país que desde la perspectiva del terrorista financiero no es más que un tablero de juegos reunidos en el que un conjunto de Clicks de Famóbil se mueve de un lado a otro como se mueven las fichas por el juego de la Oca.

La primera operación que efectúa el terrorista financiero sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca. Es decir, la desprovee del carácter de persona, la cosifica. Una vez convertida en cosa, importa poco si tiene hijos o padres, si se ha levantado con unas décimas de fiebre, si se encuentra en un proceso de divorcio o si no ha dormido porque está preparando unas oposiciones. Nada de eso cuenta para la economía financiera ni para el terrorista económico que acaba de colocar su dedo en el mapa, sobre un país, este, da lo mismo, y dice “compro” o dice “vendo” con la impunidad con la que el que juega al Monopoly compra o vende propiedades inmobiliarias de mentira.
Cuando el terrorista financiero compra o vende, convierte en irreal el trabajo genuino de miles o millones de personas que antes de ir al tajo han dejado en una guardería estatal, donde todavía las haya, a sus hijos, productos de consumo también, los hijos, de ese ejército de cabrones protegidos por los gobiernos de medio mundo, pero sobreprotegidos desde luego por esa cosa que venimos llamando Europa o Unión Europea o, en términos más simples, Alemania, a cuyas arcas se desvían hoy, ahora, en el momento mismo en el que usted lee estas líneas, miles de millones de euros que estaban en las nuestras.

Y se desvían no en un movimiento racional ni justo ni legítimo, se desvían en un movimiento especulativo alentado por Merkel con la complicidad de todos los gobiernos de la llamada zona euro. Usted y yo, con nuestras décimas de fiebre, con nuestros hijos sin guardería o sin trabajo, con nuestro padre enfermo y sin ayudas para la dependencia, con nuestros sufrimientos morales o nuestros gozos sentimentales, usted y yo ya hemos sido cosificados por Draghi, por Lagarde, por Merkel, ya no poseemos las cualidades humanas que nos hacen dignos de la empatía de nuestros congéneres. Ya somos mera mercancía a la que se puede expulsar de la residencia de ancianos, del hospital, de la escuela pública, hemos devenido en algo despreciable, como ese pobre tipo al que el terrorista por antonomasia está a punto de dar un tiro en la nuca en nombre de Dios o de la patria.

A usted y a mí nos están colocando en los bajos del tren una bomba diaria llamada prima de riesgo, por ejemplo, o intereses a siete años, en el nombre de la economía financiera. Vamos a reventón diario, a masacre diaria y hay autores materiales de esa colocación y responsables intelectuales de esas acciones terroristas que quedan impunes entre otras cosas porque los terroristas se presentan a las elecciones y hasta las ganan y porque hay detrás de ellos importantes grupos mediáticos que dan legitimidad a los movimientos especulativos de los que somos víctimas.

La economía financiera, si vamos entendiéndolo, significa que el que te compró aquella cosecha inexistente era un cabrón con los papeles en regla. ¿Tenías tú libertad para no vendérsela? De ninguna manera. Se la habría comprado a tu vecino o al vecino de tu vecino. La actividad principal de la economía financiera consiste en alterar el precio de las cosas, delito prohibido cuando se da a pequeña escala, pero alentado por las autoridades cuando sus magnitudes se salen de los gráficos.
Aquí están alterando el precio de nuestras vidas cada día sin que nadie le ponga remedio, es más, enviando a las fuerzas del orden contra quienes tratan de hacerlo. Y vive Dios que las fuerzas del orden se emplean a fondo en la protección de ese hijo de puta que le vendió a usted, por medio de una estafa autorizada, un producto financiero, es decir, un objeto irreal en el que usted invirtió a lo mejor los ahorros reales de toda su vida. Le vendió humo el muy cerdo amparado por las leyes del Estado que son ya las leyes de la economía financiera, puesto que están a su servicio.

En la economía real, para que una lechuga nazca hay que sembrarla y cuidarla y darle el tiempo preciso para que se desarrolle. Luego hay que recolectarla, claro, y envasarla y distribuirla y facturarla a 30, 60 o 90 días. Una cantidad enorme de tiempo y de energías para obtener unos céntimos, que dividirás con el Estado, a través de los impuestos, para costear los servicios comunes que ahora nos están reduciendo porque la economía financiera ha dado un traspié y hay que sacarla del bache. La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado.

Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros.

Juan José Millás
Artículo e imagen publicados en El País.
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TURKANA

lunes, 20 de agosto de 2012

LA EDUCACIÓN PROHIBIDA

"Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo." -Albert Einstein

"a todos los niños y jóvenes que quieren crecer en libertad"

"Siempre recuerdo una clase de filosofía, donde el profesor nos relató esta historia.

En una caverna se encontraba un grupo de hombres, prisioneros de nacimiento, encadenados de forma tal que sólo podían mirar al fondo de la cueva. Una hoguera y figuras manipuladas por otros hombres, se proyectaban en una pared con todo tipo de sombras. Para los prisioneros las sombras eran la única referencia del mundo exterior; esas sombras eran su mundo, su realidad. Uno de los prisioneros era liberado y se le permitía ver la realidad entera fuera de la caverna. ¿qué tanto tiempo le tomaría acostumbrarse al exterior después de toda una vida de encierro? Posiblemente su reacción sería de un profundo temor a la realidad. ¿podría entender lo que era un árbol, el mar, el sol?.

Asumamos que este hombre puede ver la realidad tal cual es y entender el gran engaño que era la caverna. El profesor nos explicó brevemente las interpretaciones del mito en relación al conocimiento, la ilusión y la realidad y como, posiblemente, estemos dentro de una gran caverna que, a su vez, está dentro de otra.

Pero no cabe duda de la necesidad de ese hombre libre de regresar y compartirle al mundo lo que había visto.


TURKANA






martes, 14 de agosto de 2012

LA VEJEZ




Una mujer vieja va en un tren. En realidad no sabemos si va o viene de alguna parte. Si hubiera sido previsora cuando entró en el compartimento se habría sentado de cara al sentido de la velocidad. Así que es probable que vaya a alguna parte. Sabemos que ir o venir no dependen de otra condición que de nuestro ánimo. Para determinar si vamos o venimos miramos con los ojos del alma. Pero siempre que se va hacia alguna parte se deja atrás otra. Esta mujer vieja ha dejado atrás ya muchas cosas y hacia la que vaya siempre tendrá algo de provisionalidad. En la vejez todo es ya muy provisional. El futuro es muy estrecho y en este momento, para esta mujer, su futuro se va ajustando a los límites precisos de su cuerpo. Un cuerpo desdibujado, erosionado. Si estuviera pensando algo con los ojos cerrados, al menos fugazmente podría haber intuido hace un instante el amplio horizonte que tenía cuando niña. Pero queda tan lejos su infancia que ya parece irrealidad. Aquella niña que fue apenas le pertenece. Ha pasado tan rápido la vida. Como el paisaje en la ventanilla, borroso. La velocidad del tren apelmaza los colores. Tampoco le importa. Miró fugazmente, al sentarse, la ventanilla sin curiosidad. Desde hace años mira más dentro de sí que fuera. El mundo le hiere. La realidad le invade, por eso se repliega. Necesita sentir su mano sobre el pecho. Ha cerrado los ojos y no piensa nada, sólo un duermevela.
Es un contraste la velocidad de la ventanilla del tren con su vida lenta. Un fuerte contrapunto, por eso al verla sabemos que sobre esta mujer vieja se cierne alguna amenaza. Podemos imaginarla sentada en una silla de enea a la puerta de su casa, en el pueblecito que nació. Sin embargo ha tenido que dejar su casa y aventurarse al mundo, coger un tren y sentarse, casi invisible, frente a esa ventana. Está sola. Puede que vaya más gente en el compartimento, pero a nadie le importa, está sola. Su marido murió hace muchos años. Su vida ha sido difícil. No tiene apenas dinero, su ropa es pobre. Su cara denota sufrimiento, tristeza. Hace demasiado tiempo que no ríe. Ya no sabe reír.
La vejez es como una casa recien deshabitada, aún perduran estremecimientos y como presentimientos de los objetos y las cosas que recuerdan las formas de quienes la habitaron. Con nuestras costumbres impregnamos de carácter los muebles que utilizamos y hasta los huecos que ocupamos con la forma concreta de nuestros cuerpos. Como los trajes del difunto que la viuda condolida repasa con cariño rememorando a su marido vivo en la forma impresa en la tela. Hasta mismamente su olor en el entramado.
La soledad. La vejez es un camino hacia la soledad. Hacia el ensimismamiento. Un regreso a la postura fetal. Como un parto inverso de la vida. Morir es eso, nacer inversamente a la vida.
La vida, un tramo demasiado corto entre muerte y muerte.
Sin embargo, la vida es una infinita victoria a la muerte. Aunque para esa victoria necesite crear el tiempo. Este es el artífice de la vida, la muerte su freno.
Yo deseo que esta mujer vieja, dentro de unas horas, llegue a una estación y baje al andén donde hace más de una hora la espera su familia, sus hijos, sus nietos, su casa y su marido viejito, con achaques propios de la edad, pero claro de cerebro. Ella cogió ese tren de largo recorrido aprovechando que pasa por su pueblo y la capital. Nada más. Es feliz. Aunque sólamente sea que es feliz porque es inocente.

TURKANA

Author: Alex



MANIFIESTO POR UNA DEMOCRACIA GLOBAL




  • La política atrasa. Vivimos una era de profundas transformaciones tecnológicas y económicas a las que no ha correspondido una similar evolución de las instituciones públicas responsables de su regulación. La economía se ha globalizado, pero las instituciones políticas y la democracia, no. Con sus muchas peculiaridades, diferencias y limitaciones, las protestas que hoy se extienden por el planeta evidencian un creciente malestar con el sistema de toma de decisiones, las formas de representación existentes y su escasa capacidad para proteger los bienes comunes del sistema político, y expresan una exigencia de más y mejor democracia.
  • El bienestar y la seguridad del mundo están amenazados. El orden nacional/inter-nacional surgido del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la caída del Muro de Berlín no ha sido capaz de gestionar los grandes avances de los sistemas productivos en beneficio de toda la humanidad. Por el contrario, asistimos a la emergencia de procesos regresivos y destructivos derivados de la crisis económico-financiera, del aumento de las desigualdades sociales, del recalentamiento global y de la proliferación nuclear. Estos fenómenos han afectado ya negativamente la vida de miles de millones de seres humanos y su continuidad y mutuo potenciamiento ponen en riesgo la paz del mundo y la supervivencia de la civilización humana.
  • Las crisis globales requieren soluciones globales. En un universo social determinado por la globalización, las capacidades democráticas de los estados nacionales y de las instituciones inter-nacionales se ven cada vez más restringidas frente al desarrollo de poderosos procesos, organizaciones y sistemas mundiales cuya índole no es democrática. Durante los últimos años, los principales líderes nacionales e inter-nacionales del mundo han corrido detrás de los acontecimientos globales. Su reiterado fracaso demuestra que no bastan las reuniones ocasionales, ni los acuerdos inter-gubernamentales, ni la cooperación inter-nacional, ni el pretendido multilateralismo, ni las actuales formas de gobernanza global. La globalización de las finanzas, las cadenas productivas y los sistemas de comunicación, y el poder planetario alcanzado por las tecnologías destructivas exigen la globalización de las instituciones políticas de regulación y control. Las crisis globales requieren soluciones globales coherentes y efectivas. Por eso exigimos la urgente creación de nuevas agencias globales especializadas en el desarme, el crecimiento estable, equitativo y sostenible y la protección del medio ambiente, y la rápida implementación de formas de gobernanza democrática global en todos los temas que las actuales cumbres inter-gubernamentales han demostrado ser incapaces de resolver.
  • Necesitamos avanzar hacia nuevas, y más extensas y profundas, formas de democracia. El actual modelo de globalización tecnológico-económica debe ser superado por otro que ponga los instrumentos tecno-económicos al servicio de un mundo más justo, pacífico y humano. Necesitamos un nuevo paradigma de desarrollo, globalmente sostenible y que incluya en sus beneficios a los miembros más pobres y desvalidos de la humanidad. Para evitar la profundización de las crisis globales y buscar soluciones a los desafíos planteados por la globalización debemos avanzar hacia más extensas y profundas formas de democracia. Las organizaciones nacional-estatales deben formar parte de una estructura más amplia y mejor coordinada, que debe incluir y articular instituciones regionales democráticas en todos los continentes, la reforma de la Corte Internacional de Justicia, una Corte Penal Internacional más justa y equitativa, y una Asamblea Parlamentaria en las Naciones Unidas, embrión de un futuro Parlamento Mundial. Pero este cambio institucional no podrá ser exitoso si es fruto de las acciones de una elite autoelegida. Por el contrario, la democratización del orden mundial debe surgir de un proceso socio-político abierto a todos los seres humanos, cuyo objetivo es la institucionalización participativa de una democracia global.
  • Globalizar la democracia es la única manera de democratizar la globalización. Más allá de nuestras divergencias acerca de los contenidos y métodos idóneos para avanzar hacia un orden mundial más justo y estable, los abajo firmantes compartimos un firme compromiso el desarrollo de una democracia global. En nombre de la Paz, la Justicia y los Derechos Humanos no queremos ser mundialmente gobernados por quienes sólo han sido elegidos para hacerlo a nivel nacional, ni por organismos inter-nacionales que no nos representan adecuadamente. Por eso trabajamos en la construcción de espacios políticos supranacionales y reclamamos instituciones políticas regionales, inter-nacionales y mundiales a la altura de los desafíos del Siglo XXI, que expresen las diferentes visiones y defiendan los intereses comunes de los siete mil millones de mujeres y hombres que componemos hoy la humanidad.
  • Convocamos a todos los seres humanos a participar de la constitución de una democracia global. Compartimos con los movimientos sociales mundiales el reclamo de “unirnos por un cambio global” y por una “democracia real”. Ambos postulados expresan el creciente rechazo a seguir siendo gobernados por poderes políticos y económicos sobre cuyas resoluciones no tenemos influencia. La autonomía y la autodeterminación no sólo son válidas a nivel local y nacional. Por eso reivindicamos nuestro derecho a participar de las decisiones globales fundamentales que afectan nuestras vidas. Queremos ser ciudadanos del mundo y no sus meros habitantes. Exigimos democracia no sólo a nivel local y nacional sino una democracia global, nos comprometemos a trabajar por su desarrollo y llamamos a todos los líderes políticos, intelectuales y civiles del mundo, a todas las organizaciones, partidos y movimientos democráticos, y a todas las personas de convicciones democráticas del planeta, a participar activamente de su constitución.
Abdullahi Ahmed An-Na’im, Daniele Archibugi, Jacques Attali, Bertrand Badie, Zygmunt Bauman, Ulrich Beck, Mary Burton, Noam Chomsky, Richard Falk, Susan George, David Held, Fernando Iglesias, Mary Kaldor, Mathias Koenig-Archibugi, Lucio Levi, Giacomo Marramao, George Monbiot, Toni Negri, Heikki Patomaki, Beatriz Sarlo, Saskia Sassen, Fernando Savater, Roberto Saviano, Juan José Sebreli, Richard Sennett, Vandana Shiva and Andy Strauss.

TURKANA