miércoles, 24 de diciembre de 2008

MANDALA DE AMOR


Grano a grano, color a color,
uno a uno, uno y otro
dispuestos para darte vida,
para animarte, mi consentida.

La pupila, color caramelo,
y el rojo de los labios,
topacio esmerilado,
salitre, tu mirada de ensueño.

cuarzo, mica y feldespato,
de la tobera de mi mano
diente a diente tallo,
brillo y negro, tu pelo encaracolado.

A puñados avento tu piel,
arena blanca, y de las conchas
nácar, pizquita de luna, miel
y emerges de las rocas y la duna.

Mi consentida, te siento en el alma
esta noche y es mi apuro mayor
terminar al alba tu dibujo de amor,
antes que la marea te lleve, a ti y al mandala.


TURKANA

martes, 23 de diciembre de 2008

LO FATAL


Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido, y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida, y por la sombra, y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de donde venimos...!

Rubén Darío
TURKANA

lunes, 22 de diciembre de 2008

LA VIDA ANTE SÍ de Émile Ajar


Lo primero que puedo decirles es que vivíamos en un sexto piso sin ascensor y que para la señora Rosa, con los kilos que llevaba encima y sólo dos piernas, aquello era toda una fuente de vida cotidiana, con todas las penas y los sinsabores. Así nos lo recordaba ella cuando no se quejaba de otra cosa, porque, además, era judía. Tampoco tenía buena salud, y otra cosa que puedo decirles es que era una mujer que merecía un ascensor.

La primera vez que vi a la señora Rosa tendría yo tres años. Antes de esas edad no se tiene memoria y se vive en la ignorancia. Yo dejé de ignorara a la edad de tres o cuatro años y a veces lo echo de menos.

Había en Belleville otros muchos judíos, árabes y negros, pero la señora Rosa tenía que subir los seis pisos ella sola. Decía que el día menos pensado se moriría en la escalera y todos los chiquillos se echaban a llorar, que es lo que se hace cuando se muere alguien. Unas veces allí éramos seis o siete y otras veces más.

Al principio, yo no sabía que la señora Rosa me cuidaba por un giro que recibía a final de mes. cuando me enteré, tenía ya seis o siete años, y para mí saber que era de pago fue un golpe. Creía que la señora Rosa me quería desinteresadamente y que éramos algo el uno para el otro. Estuve llorando toda una noche. Fue mi primer desengaño. Al verme tan triste la señora Rosa me explicó que la familia no significa nada y que hasta los hay que se van de vacaciones dejando al perro atado a un árbol y que cada año mueren tres mil perros privados del cariño de los suyos. Me sentó en su regazo y me juró que yo era para ella lo más valioso del mundo. Pero entonces me acordé del giro que llegaba todos los meses y me fui llorando.

Bajé al café del señor Driss y me senté delante del señor Hamil, que era vendedor ambulante de alfombras en Francia y había visto de todo. El señor Hamil tenía unos ojos muy bonitos que da gusto verlos. Cuando lo conocí, era ya muy viejo y después no ha hecho más que envejecer.

-¿Por qué sonríe siempre, señor Hamil?
-Para dar gracias a Dios todos los días por mi buena memoria, mi pequeño Momo.

Yo me llamo Mohamed, pero todos me llaman Momo, que es más de niño.

La vida ante sí
Émile Ajar

Momo, un niño musulmán que no ha conocido a sus padres, cuenta su estremecedora peripecia vital al lado de la señora Rosa, una anciana judía, superviviente de Auschwitz, que acoge a los hijos de las prostitutas en su pensión clandestina de Belleville, un suburbio parisino donde malviven emigrantes ilegales de todas las procedencias, chulos, drogadictos y toda suerte de perdedores.

Momo no tiene a nadie en el mundo, y cuando se entere que la señora Rosa padece una arterioesclerosis cerebral intentará luchar contra la decrepitud que va consumiendo inexorablemente a la vieja prostituta, a pesar de los cuidados que le prodiga la señora Lola, un ex boxeador senegalés transexual y el señor Walouma, un barrendero del Camerún.

A través de la mirada de Momo, enfrentado prematuramente a la crudeza de una vida que no perdona, el lector se sumerge en las descarnadas reflexiones de un niño que habla de su mundo, del racismo, la soledad y el miedo, con una rara mezcla de humor, ingenuidad y ternura.

TURKANA

lunes, 8 de diciembre de 2008

ZAMORA, LA BIENCERCADA

Cae la noche densa
La casa del Cid, el Campeador
Cigüeñas en la cúpula Bizantina
El troncoso, la calle
El rincón de las confidencias
Arcos conventuales
El ojo de la aguja
Románico puro
Viriato, pastor lusitano
La cigüeña de Dios
Palacio de Justicia
Donde fue armado Caballero el Cid
Río Duero, río Duero...hacia Portugal
El río de la vida
Balborraz, pina subida
Santa Lucía, de los ojos
San Claudio, de los olivares
Aceñas floridas

La puerta del ladrón petrificado
Velatorio de Doña Ximena
Castilla, recta y síntesis
Rúas
Casino
San Torcuato, el Santo del anonimato
TURKANA




















lunes, 1 de diciembre de 2008

VIAJAR POR EL ESPACIO


Tus ojos grandes y oscuros de abismo,
tu piel blanca y limpia de nata,
tus labios rojos y turgentes de zumo,
tus pies con veinte tactos abiertos al mundo,
eres de mi alma suave suspiro.
Eres mi alimento, dulzura de escarcha blanca.

Tu risa en lucha con la vida,
comedida, y entregada a mi,
voltea en lo hondo una campana en mi alma
y salta hasta ti un ritmo estridente
de lucha en la batalla por hacer de la vida
un campo de ferviente infinito,
mi amada, mi hálito de limo.

El espacio de tu vida,
llenando con tu cuerpo
los huecos de tu tiempo,
en mi piel sedienta se cobija,
te bebe y te circunda,
sol de mi sombra.

Para ti están hechos
los destellos de mi cerebro,
para ti mis pensamientos,
para ti mi alma, venida de lejos,
de otro horizonte,
a tu encuentro, amada.

¿Has visto esta noche
la luna entre Marte y Venus?
¿No viste a Selene con su manto
batir el aire de luna?
¿No sentiste, entre las olas,
mi aliento llegarte
y exultante, tus labios,
mis labios besarte?

Viajar por el espacio...
sentir el beso y los cristales,
blanco y cadmio minerales.
Armagedon. No temas,
que para ti su alma trastoca
lo que sus ojos vieron.

Viajar por el espacio...
sentir el tacto y las caricias,
añiles estrellas y océanos de cinc.

Viajar por el espacio...
hasta un mundo pequeñito
hecho de comino y de ti.

TURKANA
Dedicado a "¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?".
cantan con voz de hombre, pero dónde los hombres.
Ven con ojos de hombre, con alma de hombre sienten
pero, ¿dónde los hombres?
Cantan y cuando cantan parece que cantan con voz de hombre.
sienten y cuando sienten parece que sienten con alma de hombre.
Lloran y cuando lloran parece que lloran con ojos de hombre.
Pero ¿dónde los hombres?
¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?
¿Que sienten los poetas andaluces de ahora?
Qué lloran los poetas andaluces de ahora?
Dedicado a un joven poeta muerto en el tránsito de la adolescencia a la juventud.
Dedicado a Jarcha.
Dedicado a viajar por el espacio...
Dedicado a la belleza.