miércoles, 13 de octubre de 2010

QUO VADIS, ESPAÑA?


En España todo se confunde y se confunde por más tiempo y en mayor intensidad que cualquier comparación de su entorno. Defensa atribuye los abucheos al Presidente Zapatero, en el Desfile de las Fuerzas Armadas, a grupos organizados a través de redes sociales orquestadas en Internet. ¿Los mismos, tal vez, que les auparon a ellos al Gobierno o, quizá, otros exactamente simétricos a aquéllos? ¿Ayer, nada más era el Día de las Fuerzas Armadas? El Rey y el Príncipe molestos por la falta de sensibilidad hacia, dicen, los Caídos. ¿Caídos, por quién y para qué?, en este importante acto. Cinco millones de parados. Una situación económica catastrófica. Unas perspectivas de futuro tenebrosas. La significativa ausencia de Venezuela que menosprecia la necesidad española de crudo, al desquite desde la llamada al orden del Rey, en su día. ¿Quo vadis, España?.

En España nadie agarra el toro por los cuernos. Excepto los nacionalistas que lo prohíben en Cataluña, como prohíben todo lo español, sea esto, lo otro o la lengua, conculcando derechos, torciendo leyes, pervirtiendo la realidad, obnubilando conciencias, aplastando sentimientos de pertenencia. ¿Acaso la fina sensibilidad de la Corona es receptiva y se manifiesta en este estado de cosas?.

La Corona es silente en lo sustantivo y acomodaticia en lo adjetivo. ¿Se debe esperar más de ella? ¿Se le puede esperar más?. Es, éste, uno de tantos toros pendiente de poder agarrarse por los cuernos o de aguardar la llegada del cabestro que lo devuelva al toril. Es decir, que esta alta institución del Estado pueda ser sometida a crítica. Una crítica ponderada y no más respetuosa que con las mismas premisas exigidas para cualquier otra crítica razonable de objetos o instancias políticas. ¿O pretendemos que la Jefatura del Estado sea un coto privado?. Existe un cuidado especial, un consenso implícito, no escrito, ni siquiera manifestado, generalizado en los Medios y en los Poderes públicos, para mantenerla al cobijo de los puntos de mira propios de la intemperie.

¿Quizá se teme que lo que hoy son abucheos e insultos a Zapatero devengan mañana insultos al Rey, Príncipe y Corona si se rompe este criptoconsenso, este pacto en la sombra?. Quizá, quizá, quizá...como dice el bolero.
ULISES-TURKANA

viernes, 18 de junio de 2010

QUERIDO SARAMAGO

El niño que fui no vio el paisaje tal como el adulto en que se convirtió estaría tentado de imaginarlo desde su altura de hombre. El niño, durante el tiempo que lo fue, estaba simplemente en el paisaje, formaba parte de él, no lo interrogaba, no decía ni pensaba, como estás u otras palabras: "¡Qué bello paisaje, qué magnífico panorama, qué deslumbrante punto de vista!". Naturalmente, cuando subía al campanario de la iglesia o trepaba hasta la cima de un fresno de veinte metros de altura, sus jóvenes ojos eran capaces de apreciar y registrar los grandes espacios abiertos ante él, pero hay que decir que su atención siempre prefería distinguir y fijarse en cosas y seres que se encontraban cerca, en aquello que se pudiera tocar con las manos, también en aquello que se le ofreciese como algo que, sin tener conciencia de eso, urgía comprender e incorporar al espíritu (excusado será recordar que el niño no sabía que llevaba dentro de sí semejante joya), ya fuera una culebra reptadora, una hormiga levantando al aire una raspa de trigo, un cerdo comiendo en la artesa, un sapo bamboleándose sobre las patas torcidas, o también una piedra, una tela de araña, el surco de tierra levantada que deja el hierro del arado, un nido abandonado, la lágrima de resina seca en el tronco del melocotonero, la helada brillando sobre las hierbas a ras del suelo.
...
Ya no existe la casa en que nací, pero ese hecho me resulta indiferente porque no guardo ningún recuerdo de haber vivido en ella. También ha desaparecido en un montón de escombros la otra, la que durante diez o doce años fue el hogar supremo, el más íntimo y profundo, la pobrísima morada de mis abuelos maternos, Josefa y Jerónimo se llamaban, ese mágico capullo donde sé que se generaron las metamorofis decisivas del niño y del adolescente. Esta pérdida, sin embargo, hace mucho tiempo que dejó de causarme sufrimiento porque, por el poder reconstructor de la memoria, puedo levantar en cualquier momento sus paredes blancas, plantar el olivo que daba sombra a la entrada, abrir y cerrar el postigo de la puerta y la verja del huerto donde un día vi una pequeña culebra enroscada, entrar en las pocilgas para ver mamar a los lechones, ir a la cocina y echar del cántaro a la jícara de latón esmaltado el agua que por milésima vez me matará la sed de aquel verano. Entonces le digo a mi abuela: "Abuela, me voy a dar una vuelta por ahí". ...
La memoria, esa mariposa de alas tenues, una tarde, la Geria, cerca, la Asomada, Lanzarote. Sopla un viento suave, en el aire suspendida una atmósfera de partículas elementales que han volado un brazo de océano Atlántico desde el Sahara, un camino de polvo entre la lava petrificada del Timanfaya, la Geria, cerca de El Grifo, las malvasías son lágrimas cárdenas, en sus pozos de ingenio maduran entre el rocío de la mañana y el tibio calor de la tarde, un lagarto de Haría culebrea entre las vides y se esconde tras la carbonilla, al resguardo último del calor, veo los ojos de Saramago, ensimismados, ávidos de saber, siente, presiente, no puede presentir aunque intuye que siete años después escribiré ese momento, lo sacaré de mi memoria impregnando mis dedos del polvillo multicolor de la mariposa de alas tenues.

José Saramago
"Las pequeñas memorias"

TURKANA

viernes, 4 de junio de 2010

EL VIENTO DE LA LUNA


Justo ahora mismo, a las seis y veintidós de la tarde, cuando mi tía Lola acaba de golpear el llamador en la puerta de nuestra casa, ha estallado una llamarada roja sobre la cara oculta de la Luna. La manera de llamar de mi tí Lola no se parece a ninguna otra: es rápida, decidida, ligera, casi burlona, golpes rápidos de la aldaba que tienen algo de mensaje telegráfico. Cuando yo era pequeño su cercanía me daba siempre una secreta felicidad que era intensamente erótica. El propulsor principal de la nave Columbia se ha encendido para situarla en una órbita elíptica. Los astronautas se asoman a una oscuridad que jamás han intentado traspasar unos ojos humanos, y durante los próximos cuarenta y ocho minutos permanecerán aislados de toda comunicación con la Tierra, navegando por esa región de sombra a la que no llegan las señales de radio. Dormía con mi tía Lola en las noches heladas de invierno y me apretaba contra ella para cobijarme de la oscuridad y del frío, y a mi tía le daba una risa que se me contagiaba y los dos escondíamos las cabezas bajo las mantas pesadas y la piel de borrego para que nadie nos escuchara. Dentro de menos de veinticuatro horas el módulo lunar Eagle se separará del módulo de mando Columbia, desplegará sus patas articuladas y encenderá sus motores para emprender un descenso de cien kilómetros hacia un punto situado en el Mar de la Tranquilidad. Sólo dos de los tres astronautas culminarán esa parte del viaje. El tercero, Michael Collins, permanecerá solo en el módulo de mando, desde la tarde del domingo hasta la del lunes, dando vueltas alrededor de la Luna, casi treinta horas en ese tiempo insomne sin noches ni días que mide el reloj en el panel de mandos. Solo y atento, en guardia, mirando la negrura exterior sobre el horizonte gris del satélite, en el que verá aparecer la esfera distante y azulada de la Tierra, dividida por un cerco de sombra.

Recorto informaciones, titulares y fotografías del periódico y las voy pegando en las hojas anchas y recias de un cuaderno de dibujo. Los vuelos espaciales son el mayor exponente de la nueva era en la que ha entrado la Humanidad y han sido posibles gracias a los computadores electrónicos. Atesoro recortes, datos y palabras, refugiado en mi habitación, en lo más alto de la casa, como si viviera en un faro o en un observatorio astronómico, yo solo, igual que el astronauta Collins mientras sus dos compañeros caminan sobre la Luna. Palabras traídas del griego y del latín que nombran hechos de la ciencia y tienen resonancias de mitología. Aposelenio, periselenio. El punto más alejado de la órbita elíptica se llama aposelenio, y sitúa a la nave Columbia a 314 kilómetros de la superficie de la Luna: periselenio es el punto más cercana, a 112 kilómetros. ¿No llegará un día en el que esas máquinas superrevolucionadas se rebelen contra los amos que las construyeron y que ya no podrán seguir controlándolas?.

A las 22:44, esta noche, el propulsor se encenderá automáticamente de nuevo para que la nave adopte una órbita circular, a cien kilómetros de altura. "Las matemáticas explican el Universo", dice el Padre Director, "hacen visibles para la limitada razón humana las leyes eternas y sutiles que trazó Dios en la Creación". El espacio negro por el que viaja el Apolo XI es un vacío tan perfecto como el de la pizarra en la que el Padre Director dibuja círculos y elipses y garabatea fórmulas con un trozo de tiza. La sustancia blanca de la tiza está hecha con las conchas pulverizadas de unos moluscos diminutos que se extinguieron hace doscientos millones de años, tan innumerables que forman los acantilados blancos de la costa sur de Inglaterra. Nada es tan simple, nada es lo que parece a primera vista, y cualquier fragmento mínimo de la realidad contiene tales posibilidades de conocimiento y de misterio que da vértigo asomarse a ellas. Millones de ángeles cabrían en la punta de un alfiler, y todos los ceros que pueden dibujarse en la pizarra de la clase detrás de un solo uno no bastan para expresar la duración de la cienmillonésima parte de la Eternidad. Hacia cualquier lado que mires ta asalta un mareo de cifras imposibles. ¿Que mortandades, qué extinciones masivas de espermatozoides provoco yo mismo cada vez que me hago una paja, despilfarrando así los dones del plan divino establecido en el Génesis, Creced y multiplicaos? Millones de moluscos tuvieron que morir para que existiera el cabo de tiza con el que el Padre Director escribe una ecuación aterradora en la pizarra: el polvo de sus conchas móviles se queda flotando en el aire cuando el Padre Director se limpia las manos o da una palmada para llamar nuestra atención o formular una nueva amenaza, la fecha de un examen cercano. ¿Y si hay miles, millones de otros mundos habitados por seres inteligentes, a una distancia tan inmensa que jamás podremos tener noticias de ninguno de ellos, por mucho que hablen los periódicos de avistamientos de naves extraterrrestres? Aparte del Sol, la estrella más cercana a la Tierra es Alfa Centauro, y está a más de cuatro años luz, billones de veces más lejos que la Luna. Posiblemente, el problema que más está en la calle se refiere a la posibilidad de que estos hombres de otros planetas tuvieran también pecado original, escribe en Singladura el periodista L. Quesada, al que la gente llama Lorencito, y que cada día llena páginas y páginas de información sobre el viaje a la Luna, aparte de intervenir en un programa semanal sobre Ufología y misterios del espacio que yo procuro escuchar cada viernes por la noche en Radio Mágina. Anoche terminó la emisión recitando un poema sobre el Apolo XI que al parecer le había llegado de manera anónima, aunque él insinuó con tono de misterio que por el estilo y por el matasellos se podría asegurar qaue su autor era alguno de los poetas que escriben en nuestra ciudad, tan abundante en ellos, y no de los peores:

El hombre por el Cosmos se aventura,
supera con su espíritu el espanto
de tanta inmensidad jamás hollada...

Antonio Muñoz Molina

TURKANA

sábado, 22 de mayo de 2010

BALADAS DE AMOR


Baladas de amor,
Sencillas
Y sin sombras,
Apenas,
De Luis Miguel
Y Ricardo Arjona.

Baladas de amor,
Sencillas y puras,
De entregas
Y eternas.

Baladas.
Romántica e ingenua,
Y más pura que la luz
Y más cierta que la vida,
Es mi amor.

TURKANA


lunes, 17 de mayo de 2010

ARMAGEDON IS LOVING


Un horizonte de sal y agua
Es la línea, apenas abierta,
De sus párpados
En la esfera curva
De su visión.

Todo el cielo se cubre
De oscuro,
Y la tierra un cuchillo
De luz.

Ha visto pasar el tiempo
En su sueño,
Sobre un mundo
Hecho de viento,
Bronce y él solo.

Sólo silencio de frente
Y de nada envuelto,
Girando su mente sin dueño,
Ha cerrado, de nuevo,
Sus ojos.

Ya sólo todo oscuridad
Y él,
Una pavesa al viento.
Espora impelida que gira,
Una brizna, una semilla,
Casi infinita, de partida,
Entre lo que es
Y a lo que aspira.

Sólo es a lo que espera
Para nada más hay
Tiempo, ni peso,
Ni frío, ni calor.

Busca en su azar ciego
Que su micronésima dimensión
Impregne de quietud
Su vuelo
Y la ventolera de su sueño
Pase y levante,
Abierto,
El horizonte de sus ojos,
La curva línea
De sus párpados
Y enjugue unas manos
Que le brotan
Los surcos caudalosos
De salitre y llanto.
Siguen su rostro
Y hondos le cruzan
De parte a parte.

Nadar hacia la luz,
Hacia fuera, hacia arriba.
Salir nacido,
Hacia la vida
Y una extensa primavera
De estrellas
Prendidas sobre la hierba.

Fotografía: Misha Gordin
TURKANA

domingo, 16 de mayo de 2010

RIDERS ON THE STORM


Ha salido el hombre
A la calle.
En torno, todo es romo.
Sólo conspicuas
Las esquinas,
Las vértebras
Y, en parte,
El astrágalo
Que gira,
Como un barco
Con deriva,
A estelas oblicuas.

A vuelto el hombre
De la calle.
En su cuarto, solo,
"Riders on the storm".
Lluvia, jinetes,
Una partida de tiempo
Entumece su piel
Y tamiza de cadmio
Aquella tarde,
Gris y lluvia,
Que fue.

"Riders on the storm".
Se filtra melaza
De borra
Por dinteles y vanos.
Lluvia. Cortina tejida
Con nudos de melancolía,
Nostalgia,
Esta tarde, solo,
Mientras pasan,
Y pasan, y pasan...
"riders on the storm".

TURKANA

jueves, 13 de mayo de 2010

JINETERA


Se levantó por la mañana e hizo lo de costumbre. Tras desayunar se vistió y al pasar frente al espejo se sintió guapa. Fijó su atención en un punto impreciso del lóbulo de su orejita izquierda. Introdujo multitud de cosas en su bolso y tuvo la sensación que se dejaba algo.

Salió a la calle y la euforia que había sentido minutos antes se revitalizó. Una mañana radiante de sol ponía claridad en las perspectivas. Titilaban suavente las hojas de los árboles por la fresca brisa. Al fondo, sobre el horizonte, se reflejaba en el mar una veladura blanca de nubes apenas esbozada. El oscuro mar del trópico ofrecía su contrapunto.

Salió a la Avenida del Malecón e hizo "botella". Iniciado el gesto de levantar el dedito oscuro con la uñita pintada de rojo bermellón paró al instante un carro negro, potente y nuevo.

El funcionario de alguna embajada, con traje claro, entrado en años y algo panzón miraba con cierto disimulo las torneadas piernas trigueñas mostradas hasta un punto de ensueño. Mientras sorteaban los profundos baches, patrimonio nacional, por las amplias avenidas flanquedas de tamarindos y pintadas de malpacífico un ligero movimiento elongaba la blusita de la chica abriendo promesas cálidas en su busto. Preguntas de entrada con única salida intercambiaban el hombre y la chica. Intermediaban unos cucs. El malecón se extendía eterno, como una larga cicatriz de piedra oscura viajando por el espacio.

A intervalos salpicaban las olas la calzada.

El coche enfiló por las calles estrechas de la Plaza de San Francisco. Frente a un portal, con olor a tiempo y abandono, parquearon y salieron. La chica se acomodó su minifaldita y pasó delante. Los ojos del Diplomático se acomodaban al ritmo de las caderas firmes y rítmicas de la mulata. Se apartaron a su paso dos trigueños, una mami negra universal y tres peste-patas españoles que parecían caídos del cielo o levantados del suelo. Entraron en la habitación.

Ladró un perrito en la calle. Una voz de mujer, desde algún balcón, bajaba a gritos una comanda hasta la calle.

Salieron de la habitación. El diplomático andaba delante y la mestiza miraba con asco su caída de pantalón. Se apartaron a su paso tres peste-patas españoles, una mami universal y dos trigueños. Frente al malecón quedó la mulata.

Apenas iniciado su gesto con su dedito fino, rematado por su uñita pintada de rojo, su piel oscura, sus ojos negros, sus labios carnosos, sus pómulos altos, redondeados, orientales, sus tersuras apuntando las estrecheces, sus piernas largas y torneadas enmarcando pensamientos de macho y un coche blanco, nuevo y potente.

Ladró un perrito en la calle y ladró un perrito en la calle.

Por el malecón, plateada de luna su piel oscura. Sus ojos con reflejos de estrellas. En su pelo encaracolado de azabache perlas blancas de brisa.

Una sonrisa feliz y como un escalofrío de amor y entrega cuando ve, a lo lejos, a su papi blanco. Por el malecón, hacia la noche, van los dos abrazados, la chica besa a su chico mientras sueña el paraíso esta noche.
TURKANA

jueves, 6 de mayo de 2010

INTOLERANCIA LÁCTEA


Mi inocencia sobre la leche duró hasta que tropecé con los escritos de Robert Lowie, célebre antropólogo que se complacía en recopilar ejemplos de la "caprichosa irracionalidad" de los hábitos dietéticos del ser humano. Lowie estimaba como un "hecho sorprendente que los asiáticos orientales, como los chinos, japoneses, coreanos e indochinos mostrasen una inveterada aversión hacia la utilización de la leche". Yo compartía su sensación de maravilla. Como admirador y frecuente consumidor de comida china tenía que haberme dado cuenta de que los menús de ésta no contenían platos preparados mediante derivados lácteos: ni cremas a base de nata para acompañar carnes o pescados, ni queso fundido o en soufflé, ni tampoco mantequilla para añadir a verduras, pastas, arroces o budines. Pero todos los menús que yo había visto ofrecían helados entre los postres. Nunca se me ocurrió pensar que esta solitaria especialidad láctea fuera una concesión al paladar norteamericano y que poblaciones enteras de congéneres humanos pudieran despreciar el "alimento perfecto" de mi infancia y mi juventud. (...)

Me eduqué, como la mayoría de los miembros de mi generación, en la creencia de que la leche es un elixir, un hermoso y blanco maná líquido que tiene la facultad de hacer crfecer el vello en el pecho de los hombres y aterciopelar y sonrosar el cutis de las mujeres. ¡Qué conmoción descubrir que otros la consideran como una secreción glandular de aspecto feo y olor rancio que ningún adulto que se respete querría beber!. La industria lechera había publicitado que se bebiera un litro diario, con, entre y por la noche en las comidas porque asienta el estómago, trata úlceras, cura diarrea, calma los nervios y alivia el insomnio. Así que además de ser el alimento perfecto era poco menos que un medicamento.

Cuando los Estados Unidos fueron llamados a ayudar a la alimentación de los países subdesarrollados, durante el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, enviaron millones de toneladas de leche en polvo a esos países. La leche, ciertamente, era excedentaria y a los propios norteamericanos no les gustaba en polvo. Claro que ni entonces ni ahora toda obra de caridad, solidaridad o diálogo de culturas ha de reunir todos y cada uno, al detalle, de los factores requeridos para que se trate de un perfecto acto de amor. Se sabe, tiempo hemos tenido, que los actos humanos no son perfectos sin que por ello desmerezcan en su valor, aunque se trate, al final, de un valor relativo. Sigamos.

Agricultores, técnicos y políticos de la ayuda internacional sentían la íntima satisfacción de enviar su maná a los desnutridos del mundo, pero...Una vez en sus destinos habituales, que siguen siendo los mismos que entonces, África, Latinoamérica y Oceanía, comenzaron a oírse rumores de personas que enfermaban por beber leche, leche norteamericana.

Esos rumores se centraban en Brasil, 1962. Habían llegado 40 millones de kilos de leche en polvo, enviados por Kennedy en el marco del programa Alimentos para la Paz. Nunca ha dejado de ser curioso que a los programas de ayuda al tercer mundo se le incluya la apostilla de por la Paz. Ni que tuvieran las fuerzas necesarias para que esos indigentes desnutridos y anémicos pudieran hacerla peligrar iniciando una guerra. Quizá se temiera que la inciasen una vez recobradas las fuerzas con el consumo de la leche en agradecimiento como acto de libertad y de reafirmación en su dignidad. Sigamos.

Los brasileños se quejaban de que les hacía sentirse hinchados, con retortijones y diarrea. Los funcionarios estadounidenses se mostraron ofendidos por la forma en que se despreciaba y difamaba esta muestra de la generosidad norteamericana. "Lo que hacen -me dijo un funcionario- es comerse el polvo a puñados, metiéndoselo en la boca sin mezclarlo con agua. Y esto, claro, les produce unos dolores de barriga del diablo". Otro dijo que el problema estaba en que mezclaban la leche en polvo con agua contaminada y que la leche no tenía nada malo. Sin embargo los brasileños mezclaban la leche en polvo con agua hervida.

Los brasileños, a diferencia de los chinos y asiáticos, ni tenían prejuicios contra la leche y la tenían integrada en sus tradiciones culturales como herencia de la cultura europea en su mayoría. Pero... Los destinatarios de la ayuda eran clases pobres, descendientes genéticamente de africanos y amerindios.

Hay que tener en cuenta que muchos pueblos africanos y que los pueblos amerindios, sin excepción, desconocían por completo este consumo antes de la llegada de los europeos con sus animales domésticos.

Estados Unidos en ese tiempo distribuía también leche entera entre sus ciudadanos menesterosos en programas de ayuda contra la pobreza interior. 1960. Muchos médicos se habían percatado ya que para indígenas y habitantes de los ghettos estadounidenses les bastaba un solo vaso de leche para producirles desagradables síntomas gastrointestinales en negros e indios.

En 1965, un equipo de investigación clínica de la Johns Hopkins Medical School descubrió la causa: un amplio porcentaje de las personas que declaraban tener problemas intestinales relacionados con la leche era incapaz de digerir el azúcar que ésta contiene. Dicho azúcar, llamado lactosa, se define químicamente como un polisacárido o azúcar complejo, y está presente en la leche de todos los mamíferos, con excepción de los pinnípedos (focas, leones marinos y morsas).

Las moléculas de lactosa son demasiado complejas para atravesar las paredes del intestino delgado. Antes de que la sangre pueda absorberlas y de que se puedan utilizar como fuente de energía deben descomponerse en monosacáridos o azúcares simples, en concreto, glucosa y galactosa. La transformación de la lactosa en azúcares simples depende de la acción química de una enzima denominada lactasa.

Así que...descubrieron que el 75 por ciento de los individuos adultos de raza negra, en comparación con el 20 por ciento de los norteamericanos de raza blanca, padecen la insuficiencia enzimática de lactasa. Si la insuficiencia es grave, la lactosa se acumula en el intestino grueso, empieza a fermentar y despide gases. El intestino se llena e hincha de agua, y la lactosa es evacuada en forma de deposición líquida.

Hoy sabemos que el principal contigente de individuos "anómalos" capaces de absorber la lactosa vive en Europa, al norte de los Alpes. Más del 95 por ciento de los holandeses, daneses, suecos y escandinavos en general tienen la suficiente lactasa como para digerir grandes cantidades de lactosa a lo largo de sus vidas.

Es evidente que los mamíferos tienen que estar capacitados para beber leche durante su primera infancia. Pero...El índice de lactasa decrece al alcanzarse la juventud y madurez. Por qué? Una posible explicación de esta insuficiencia postinfantil consiste en que la selección natural no favorece los rasgos físico-químicos carentes de utilidad para el organismo. Además, las madres deben prepararse para nuevos embarazos. Una vez destetados, los seres humanos sólo tienen una forma de incluir leche en sus dietas: "robársela" a otros animales lactantes lo suficientemente mansos como para dejarse ordeñar por ellos. Y tendremos en cuenta, también que...

Si con el fin de satisfacer las necesidades de su nutrición un grupo humano necesita beber grandes cantidades de leche, la selección natural se mostrará favorable al éxito reproductor de aquellos individuos que posean el gen aberrante de la suficiencia en lactasa y contraria a quienes dispongan del gen "normal" de la insuficiencia.

La leche no contiene ningún ingrediente que no pueda obtenerse a partir de otros alimentos, de origen vegetal o animal. Pero...Sí contiene dosis masivas de un elemento que los europeos, sobre todo los habitantes de la Europa septentrional, seguramente necesitaron en cantidades excepcionales...

Se trata del Calcio, mineral que el organismo utiliza para formar, mantener y reparar los huesos.

El Calcio también puede obtenerse en dosis adecuadas a partir de vegetales de carácter hojoso y de color verde oscuro, como hojas de nabo, remolacha y espinacas. Pero deben ingerirse en grandes cantidades y son "paquetes" alimentarios mucho menos eficaces que la leche, cuyas grasas y azúcares constituyen una importante fuente, tanto de energía, como de proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo...

La presencia de calcio en un alimento no garantiza por sí misma su absorción intestinal. Los alimentos de origien vegetal que contienen calcio también contienen ácidos que ligan el calcio, impiden su absorción y disminuyen su valor biológico. Sin embargo...

La leche destaca como fuente dietética de calcio no sólo porque contiene más que la mayoría de los alimentos, sino porque contiene también una sustancia que favorece su absorción intestinal. Dicha sustancia no es otra que la lactosa.

La falta de calcio en los niños provoca el raquitismo y en los adultos la osteomalacia. El 47 por ciento de los individuos de raza blanca con osteomalacia presentan un déficit de lactasa. Sigamos...

Si los antepasados de los europeos suficientes en lactasa de hoy día dependían de la leche para obtener calcio y si corrián el riesgo de contraer raquitismo u osteomalacia, los individuos que afrontarían mayores peligros serían aquellos que fueran incapaces de beber grandes cantidades de leche o que sólo pudieran absorber una pequeña proporciópn de calcio contenido en la que bebían.

Hace 10.000 años la Europa Central y Septentrional estaba cubierta de bosques y contaba con una población muy escasa de cazadores-recolectores. En este modo de subsistencia no había apenas lugar para el cultivo de las verduras de carácter hojoso y color oscuro, ricas en calcio pero de escaso contenido energético.

Ahora bien, esos europeos, sobre todo en el transcurso de los 10.000 años hasta el momento actual, son un grupo étnico definido por el creciente BLANQUEO de su piel. Y la combinación doblemente excepcional de tez clara y suficiencia en lactasa no es, sin embargo, una coincidencia.

La tez clara, lo mismo que la suficiencia en lactasa, aumenta la absorción del calcio al permitir que ciertas longitudes de onda de luz penetren en la epidermis y conviertan en vitamina D, un tipo de colesterol que se encuentra en ésta. La sangre transporta la vitamina D3 desde la piel hasta el intestino (convirtiéndola técnicamente en una hormona más que una vitamina), donde desempeña un papel decisivo en la absorción del calcio.

La vitamina D también se puede obtener directamente de fuentes dietéticas, pero éstas son extraordinariamente limitadas. Se encuentra fundamentalmente en los aceites de pescado de agua salada, no dulce y en el hígado de los mamíferos marinos.

Un dato esencial es que la leche, en sí misma, no contiene cantidades importantes de vitamina D. ¿Por qué habría de contenerlas si ya contiene lactosa, capaz ella misma de sustituir a la vitamina D al contribuir a la absorción del calcio que la leche suministra en abundancia?

Entendamos ahora un aparente contrasentido. La tez morena es lo "normal" en nuestra especie. Y si el calcio es un nutriente tan importante y si la tez pálida favorece la síntesis de la vitamina D y, por tanto, de la absorción del calcio, ¿por qué esa piel clara tan "anómala"? La respuesta es: debido al cáncer de piel.

La pigmentación cutánea obedece a la presencia de partículas de una sustancia denominada melanina que protege nuestra piel de las radiaciones ultravioletas de la luz solar. El melanoma maligno es, principalmente, una enfermedad propia de los individuos de piel clara y ascendencia europeo-septentrional con un historial de exposición a intensas radiaciones solares.

Montando el puzzle...

Cuando los pioneros neolíticos emigraron al Norte los riesgos de raquitismo y la osteomalacia desplazaron a los del cáncer cutáneo. Al mismo tiempo, tuvieron que reducir la parte de piel que dejaban expuesta a la radiación solar y sintetizadora de la vitamina D, ya que debían abrigarse para protegerse de los inviernos que se hicieron más largos y fríos.

Dadas estas circunstancias, la selecciópn natural tuvo que favorecer especialmente a los individuos de tez pálida que no se ponían morenos, los cuales podían aprovechar las dosis más débiles y breves de luz solar para sintetizar la vitamina D3. Con el tiempo, una gran parte de la población perdió completamente la capacidad para broncearse. Y como durante el invierno sólo un pequeño círculo facial asomaba a través de las ropas, las gentes del norte adquirieron esas peculiares manchas sonrosadas y translúcidas sobre sus mejillas que constituyen auténticas ventanas cutáneas para facilitar la síntesis de la vitamina D3.

Y Según los cálculos de Cavalli-Forza, especialista en genética de poblaciones, los mediterráneos de piel morena y deficientes en lactasa transicionan a los escandinavos de piel clara y suficientes en lactasa, y esta adaptación se puede completar perfectamente en menos de 5.000 años.

¿A que es cierto que no hacen falta muchos más datos para ensamblar finalmente el puzzle de la intolerancia a la leche, la piel blanca, la vitamina D3, las migraciones hacia el Norte, Europa y Estados Unidos, China, África y amerindios y, sobre todo, Brasil?

Recopilado, extractado y adaptado de "Bueno para comer"
Marvin Harris

TURKANA

martes, 30 de marzo de 2010

LA SOMBRA DEL CIPRÉS ES ALARGADA


La sombra del ciprés es alargada y no cobija a diferencia de la sobra redonda y acogedora del pino. Alfredo, el amigo de Pedro, el protagonista, nunca quiso que le enterrasen a la sombra del ciprés, un árbol recogido sobre sí mismo que no alberga y no exala el dulce aroma de la resina ni el penetrante olor a madera y tierra mojada de las piñas. El ciprés un árbol de navidad invertido, tétrico, con esas diminutas calaveras colgadas que parecen sus frutos.

Una novela de vidas interiores, la de Pedro, Alfredo, Don Mateo Lesmes, Doña Gregoria, Martina. Don Mateo, maestro y tutor. Doña Gregoria, su mujer y Martina, la hija. Vidas interiores amuralladas como la ciudad en la que viven, Ávila. Una ciudad fría, congelada en la historia, cerrada sobre sí misma, cuya esencia es su inmutabilidad.

La novela está dividida en dos partes, Ávila y Barcelona. Aquella es la permanencia y ésta es el cambio, la puerta al futuro. El futuro no tiene porqué ser mejor, aunque será el futuro quien abra las puertas al amor. El amor sensual de unos brazos torneados de mujer. Una mujer católica, como Pedro, ya en su madurez, va a descubrir el amor sensual y el cariño condensados en el matrimonio. Un amor efímero, como la vida, como la felicidad.

No hay concesiones, la felicidad no se mantiene, sólo el dolor, la pérdida y las renuncias son constantes en la novela.


...

miércoles, 17 de marzo de 2010

PATAS ARRIBA


ENIGMAS

¿De qué se ríen las calaveras?
¿Quién es el autor de los chistes sin autor?
¿Quién es el viejito que inventa los chistes y los siembra por el mundo? ¿En qué cueva se esconde?
¿Por qué Noe puso mosquitos en el arca?
Las estatuas que faltan, ¿son tantas como las estatuas que sobran?
Si la tecnología de la comunicación está cada vez más desarrollada, ¿por qué la gente está cada vez más incomunicada?
¿Por qué a los expertos en comunicación no los entiende ni Dios?
¿Por qué los libros de educación sexual te dejan sin ganas de hacer el amor por varios años?
En las guerras, ¿quién vende las armas?

POBREZAS

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen silencio, ni pueden comprarlo.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen el derecho de respirar mierda, como si fuese aire, sin pagar por ella.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen más libertad que la libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Pobres, lo que se dice pobres, son los que no saben que son pobres.

EL LENGUAJE

En la època victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señora. Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública:

El capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado;

el imperialismo se llama globalización;

las víctimas del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, que es como llamar niños a los enanos;

el oportunismo se llama pragmatismo;

la traición se llama realismo;

los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos;

la expulsión de los niños pobres por el sistema educativo se conoce con el nombre de deserción escolar;

el derecho del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral;

El lenguaje oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de las minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría;

En lugar de dictadura militar, se dice proceso; las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas;

cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos;

el saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito;

para decir ciegos se dice no videntes;

el negro es un hombre de color;

donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida;

repentina dolencia significa infarto;

nunca se dice muerte, sino desaparición física;

tampoco son muertos los seres humanos aniquilados en batalla en las operaciones militares: los muertos en batalla son bajas, y los civiles que se la ligan sin comerla ni beberla, son daños colaterales;

Dignidad era el nombre de uno de los campos de concentración de la dictadura chilena y Libertad la mayor cárcel de la dictadura uruguaya;

LOS NEGROS SON INFERIORES

(Según pensadores de los siglos XVIII y XIX)

Voltaire, escritor anticlerical, abogado de la tolerancia y la razón: los negros son inferiores a los europeos, pero superiores a los monos.

Karl von Linneo, clasificador de las plantas y de los animales: el negro es vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas.

David Hume, entendido en entendimiento humano: el negro puede desarrollar ciertas habilidades propias de las personas, como el loro consigue hablar algunas palabras.

Etienne Serres, sabio en anatomía: los negros están condenados a ser primitivos, porque tiene poca distancia entre el ombligo y el pene.

Francis Galton, padre de la eugenesia, método científico para impedir la propagación de los ineptos: un cocodrilo jamás podrá llegar a ser una gacela, ni un negro podrá llegar jamás a ser un miembro de la clase media.

EL MIEDO GLOBAL

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.

Los que no trabajan, tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.

Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.

Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo a ser atropellados.

La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene de decir.

Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.

Es el tiempo del miedo.

Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.

Miedo a los ladrones, miedo a la policía.

Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.

Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir.

VISTA DEL CREPÚSCULO, al fin del siglo

Está envenenada la tierra que nos entierra o destierra.

Ya no hay aire, sino desaire.

Ya no hay lluvia, sino lluvia ácida.

Ya no hay parques, sino parkings.

Ya no hay sociedades, sino sociedades anónimas.

Empresas en lugar de naciones.

Consumidores en lugar de ciudadanos.

Aglomeraciones en lugar de ciudades.

No hay personas, sino públicos.

Nos hay realidades, sino publicidades.

No hay visiones, sino televisiones.

Para elogiar una flor, se dice: "Parece de plástico".

Texto: Eduardo Galeano: Patas arriba. La escuela del mundo al revés.
Grabado: José Guadalupe Posada

TURKANA


sábado, 13 de marzo de 2010

MIGUEL DELIBES



El tendido de luz desciende del páramo al llano y, antes de entrar en el pueblo, pasa por cima de la nogala de la tía Bibiana. De chico, si los cables traían mucha carga, zumbaban como abejorros y, en estos casos, la tía Marcelina afirmaba que la descarga podía matar a un hombre y cuanto más a un mocoso como yo. Con la llegada de la electricidad, hubo en el pueblo sus más y sus menos, y a la Macaria, la primera vez que le dio un calambre, tuvo que asistirla don Lino, el médico de Pozal de la Culebra, de un acceso de histerismo. Más tarde el Emiliano, que sabía un poco de electricidad, se quedó de encargado de la compañía y lo primero que hizo fue fijar en los postes unas placas de hojalata con una calavera y dos huesos cruzados para avisar del peligro. Pero lo más curioso es que la tía Bibiana, desde que trazaron el tendido, no volvió a probar una nuez de su nogala porque decía que daban corriente. Y era una pena porque la nogala de la tía Bibiana era la única del pueblo y rara vez se lograban sus frutos debido al clima. Al decir de don Benjamín, que siempre salía al campo sobre su Hunter inglés seguido de su lebrel de Arabia, semicorbato, con el tarangallo en el collar si era tiempo de veda, las nueces no se lograban en mi pueblo a causa de las heladas tardías. Y era bien cierto. En mi pueblo las estaciones no tienen ninguna formalidad y la primavera y el verano y el otoño y el invierno se cruzan y entrecruzan sin la menor consideración. Y lo mismo puede arreciar el bochorno en febrero que nevar en mayo. Y si la helada viene después de San Ciriaco, cuando ya los árboles tienen yemas, entonces se ponen chamuscados y al que le coge ya no le queda sino aguardar al año que viene. Pero la tía Bibiana era tan terca que aseguraba que la flor de la nogala se chamuscaba por la corriente, pese a que cuando en el pueblo aún nos alumbrabámos con candiles ya existía la helada negra. En todo caso, durante el verano, el autillo se asentaba sobre la nogala y pasaba las noches ladrando lúgubremente a la luna. Volaba blandamene y solía posarse en las ramas más altas, y si la luna era grande sus largas orejas se dibujaban a contraluz. Algunas noches los chicos nos apostábamos bajo el árbol y cuando él llegaba le canteábamos y él entonces se despegaba de la nogala como una sombra, sin ruido, pero apenas demontaba lanzaba su "quiú, quiú", penetrante y dolorido como un lamento. Pese a todo nunca supimos en el pueblo dónde anidaba el autillo, siquiera don Benjamín afirmara que solía hacerlo en los nidos que abandonaban las tórtolas y las urracas, seguramente en el soto, o donde las chovas, en las oquedades del campanario.

Con el tendido de luz, aparecieron también en el pueblo los abejarucos. Solían llegar en primavera volando en bandos diseminados y emitiendo un gargarismo cadencioso y dulce. Con frecuencia yo me tumbaba boca arriba junto al almorrón, sólo por el placer de ver sus colores brillantes y su vuelo airoso, como de golondrina. Resistían mucho y cuando se posaban lo hacían en los alambres de la luz y entonces cesaban de cantar; pero a cambio, el color castaño de su dorso, el verde iridiscente de su cola y el amarillo chillón de la pechuga fosforecían bajo el sol con una fuerza que cegaba. Don Justo del Espíritu Santo, el cura párroco, solía decir desde el púlpito que los abejarucos eran hermosos como los Arcángeles, o que los Arcángeles eran hermosos como los abejarucos, según le viniera a pelo una cosa o la otra, lo que no quita para que el Antonio, por distraer la inercia de la veda, abatiese uno un día con la carabina de diez milímetros. Luego se lo dio a disecar a Valentín, el secretario, y se lo envió por Navidades, cuidadosamente envuelto, a la tía Marcelina, a quien, por lo visto, debía algún favor.

Viejas historias de Castilla la Vieja


Miguel Delibes ha muerto. Siento en el alma la muerte de Delibes por muchas razones, casi todas unidas al sentimiento. En rigor, quizá no sea posible separar razones y sentimientos. Delibes ha sido un hombre bueno, sensible e inteligente. Ha sido uno de los más grandes escritores españoles de todos los tiempos. El más grande escritor de Castilla, lo castellano y los castellanos. Ha sido el alma de una Castilla casi, hoy, fenecida. Con él ha muerto un poco más Castilla. Los castellanos se sienten hoy huérfanos y, en lontananza, sólo esperan el milagro de la inminente primavera.

Delibes supo interpretar, sentir, recrear y copiar y transcender la esencia de Castilla, su historia, sus campos desolados, la sementera y el barbecho, el rastrojal, el viento, las tormentas, los sotos, alcores y oteros, cárdenos y amarillos cadmio, el siena tostado de la meseta, la perdiz, la trucha, el pardal y el tordo...

Ha narrado como nadie antes jamás lo hizo la tragedia de los castellanos, la emigración que desertiza los campos y asola los pueblos, el escepticismo ancestral de sus hombres, la sumisión y la fuerza de sus mujeres, la ingenuidad y el mimetismo de sus niños, el caciquismo de sus políticos. Enfin, el abandono centenario de Castilla una tierra mágica en medio de las heladas invernales y los torrados veranos. Vislumbrada entre la baja niebla a girones y columbrada en las horas de la siesta llenando el horizonte de espejismos.

Delibes ha sabido trasladar el lenguaje de Castilla a sus novelas y textos. Un castellano que tiene tampoco que ver con el español como el catalán o el gallego. O tanto, según se mire. Una lengua castellana sublime y viva, ajustada a la tierra, a los pueblos, a sus gentes sencillas. Un castellano que ya no se habla pero que seguirá vivo muchas generaciones en el inconsciente colectivo de los que nacimos en esa maravillosa tierra, querida y vilipendiada.

Es imprescindible leer a Delibes, degustarlo y amarlo. Sus textos deberían ser modelo en las escuelas por el uso magistral que hace de la lengua, por las ideas y sensibilidades que contienen, por el inmenso amor a la naturaleza que rezuma en toda su obra.

Gracias, Miguel Delibes.
(fotografía: Turkana)

TURKANA

viernes, 12 de marzo de 2010

AL ESTE DEL EDÉN


En los asuntos humanos donde hay peligro y hay que andar con cuidado, un final puede verse seriamente comprometido por la prisa. Muy a menudo los hombres tropiezan y caen a causa de excesiva precipitación. Para realizar como es debido cualquier acción difícil y sutil, es preciso considerar ante todo la finalidad a la cual se tiende, y luego, cuando esa finalidad ya aparece como deseable, entonces es preciso olvidarla por completo y concentrarse única y exclusivamente en los medios que conducen a ella. Gracias a este método, ni la prisa, ni el temor, o la ansiedad, pueden originar acciones erróneas. Muy pocas personas son capaces de comprender esto.

Lo que hacía a Kate tan eficaz, era el hecho de que o bien ya lo había aprendido, o había nacido con ese conocimiento. Kate jamás tenía prisa. Si surgía a su paso una barrera esperaba a que desapareciese antes de proseguir adelante. Era capaz de completa relajación entre los momentos en que debía actuar. Era también maestra en una técnica que es la base de la lucha eficaz, y que consiste en dejar que el adversario haga los mayores esfuerzos con lo que conducen fatalmente hacia su propia derrota, o bien encauzando su propia fuerza contra su propia debilidad.

Kate no tenía prisa. Pensaba rápidamente en el fin propuesto, y luego lo apartaba de su mente, para ponerse a trabajar según su método. Construía una estructura y la atacaba, y si ésta mostraba la más leve debilidad, entonces la echaba a tierra y volvía a empezar. Esto sólo lo hacía a horas avanzadas de la noche, o cuando se hallaba completamente sola, para que en su expresión no se mostrase ninguna preocupación o ningún cambio. Su edificio estaba construido por personas, materiales, conocimientos y tiempo. Ella tenía acceso a las primeras, y al último, y luego emprendía la búsqueda del conocimiento y los materiales, pero mientras hacía eso ponía en movimiento una serie de imperceptibles hilillos y péndulos, y los dejaba que escogiesen sus propios momentos.

John Steinbeck, nacido en Salinas, California en 1902 y Premio Nobel de Literatura en 1962 tiene un estilo narrativo cercano a la crónica y caracterizado por su sencillez. Sus grandes novelas, Las uvas de la ira, La perla y Al este del Edén fueron llevadas al cine con gran acierto por John Ford, Emilio Fernández y Elia Kazan.

Al este del Edén es una novela-mundo, una de esas pocas novelas redondas, acaba perfectamente en su trama y con unos personajes perfectamente delineados. Personajes de sagas familiares por los que pasa el tiempo, tienen hijos y mujeres, ambiciones, azares y sueños.

Kate es uno de esos personajes femeninos de un gran sutileza psicológica en la que se dan puros sentimientos perversos o moralmente más que reprobables. Pero la maldad que Steinbeck le otorga no es un rasgo de artifico literario. Es real, posible y constituye, una fiel copia de la experiencia. Kate existe realmente y si Steinbeck se la encontró nada tendría de particular. Aunque posiblemente la creó sobre la base de su conocimiento de las personas y del carácter femenino, en este caso.

Kate es la Niña Mala de Vargas Llosa. Una mujer incapaz de amar que, sin embargo, suscita grandes amores en hombres buenos, apasionados, románticos. Esta forma particular de maldad casi es exclusiva de las mujeres o bien se da con mayor frecuencia en las féminas porque requiere una inteligencia fría en la que uso del tiempo y la habilidad para fragmentarse, enquistarse y percibir el entorno en tres dimensiones es muy propia de las mujeres. La belleza y el atractivo físico de este tipo de mujeres egocéntricas y sin las ataduras genéticas de la maternidad y la entrega amorosa las ayuda para convertise en eficaces depredadoras de los hombres. Son matis terriblemente peligrosas y han dado asesinas puras, desde las envenenadoras hasta las inductoras de los más grandes crímenes y suicidios.

Nos queda la duda irresoluta de si Kate se ha hecho así a lo largo de la vida, ha aprendido este comportamiento o es que nació de esta manera, con tales terribles rasgos. Es muy probable que Kate tenga en realidad una incapacidad patológica, cerebral, para el amor, para la empatía, para percibir la belleza de la vida, la ilusión sencilla, la bondad, el lado blanco y bueno del alma humana. No es un demonio porque éste conoce a la perfección el lado bueno, la verdad y la belleza y por eso la ataca, la confronta y la rebate para instalarle enfrente el lado oscuro, la perversión, sin la que la santidad es el sueño de los idiotas. Sólo es posible la libertad del ángel caído. Por eso, Kate es libre, poseedora de una extrema libertad a la que sólo le falta poder elegir, por una vez aunque sea, el amor. Pero no del todo en la maravillosa novela de Steinbeck porque el final de Kate es una acción que desenlaza otra en la que sólo cabe el arrepentimiento o la debilidad de una circunstancia vital que no sabemos hasta qué punto la ha condicionado.

Es necesario leer esta gran novela, degustarla en su lirismo que nos trasnporta al valle de Salinas en California, a sus flores, a sus lluvias y a sus sequías, a sus hombres esforzados, a las guerras y las nubes, a las familias, lo rural y lo urbano, siempre presentes en la literatura americana. Que nos transporta al progreso de los Estados Unidos, a su religiosidad, al dinero, la empresa, el ejército, la política. Al encuentro con uno mismo en la soledad de los rincones de la vida. Es, también, un canto al amor. Pero forzado es decir que en John Steinbeck el amor siempre pierde ante el desamor. No hace concesiones a la vida amarga, al hacha mortífera que cercena lo bello y lo sublime del maravilloso tramo de vida que nos ha sido dado experimentar.

TURKANA

viernes, 22 de enero de 2010

CÁNCER (V)


GENÉTICA DEL CÁNCER

El cáncer no es una enfermedad hereditaria, aunque sí genética, en el sentido de que lo que provoca es una alteración de diversos tipos de genes, que afecta a la normal proliferación de las células somáticas y puede sobrevenir en muy diferentes momentos a lo largo de la vida y en diversidad de tejidos. Sin embargo, también se puede heredar alguna alteración en los genes que regulan el desarrollo del ciclo celular por la vía germinal y en tal caso podríamos decir que, sólo para estos casos, el cáncer es hereditario o tiene una predisposición hereditaria.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer es la tercera causa de muerte, tras las enfermedades cardiovasculares y las infecciosas. El cáncer es importantísimo para la biomedicina y la sociedad por una serie de causas entre las que tenemos que señalar las siguientes:

-Afecta a más de la tercera parte de la población humana.

-Provoca más del 20% de las muertes por causas naturales.

-En países desarrollados genera más del 10% del coste de la atención médica.

-El 5% de los cánceres parecen seguir un patrón familiar.

-Son producidos fundamentalmente por mutaciones en células somáticas.

-Cuando participan agentes carcinogénicos (cancerígenos químicos y físicos) operan produciendo mutaciones (mutágenos químicos y físicos).

El cáncer se debe a la alteración de la expresión de ciertos genes, de modo tal que de desordena el normal desarrollo del ciclo celular produciéndose un tumor.

Las investigaciones de las causas genéticas del cáncer han desvelado la implicación de dos tipos de genes en el cáncer:

*Protooncogenes

*Supresores

Los protooncogenes son genes que intervienen en la división celular, normalmente de forma moderada, pero que cuando mutan, se convierten en oncogenes, que conducen a la proliferación celular por encima de la habitual, lo que se deriva en la transformación maligna y la aparición del tumor.

Los genes supresores son genes cuya actividad normal es la de bloquear o frenar el ciclo celular a niveles adecuados al desarrollo o proliferación del tejido u órgano en el que se encuentran, pero cuya mutación produce un desbloqueo de la proliferación celular por encima de lo habitual, lo que se deriva en la transformación maligna y la aparición del tumor.

Hasta la fecha tenemos identificados más de 50 oncogenes humanos, de los que algunos se relacionan con genes de retrovirus. Se trata de un tipo de virus que tienen en su genoma ARN, y que mediante transcripción inversa sintetizan una copia de su genoma en versión de ADN que puede insertarse en el genoma humano.

Respecto a los genes supresores, tenemos el ejemplo del GEN p53, cuya mutación está frecuentemente implicada en muchos tipos de cáncer. El gen p53 codifica una fosfoproteína nuclear de 393 aminoácidos y su vida media es de unos 30 minutos. A este gen se le atribuye además una intervención en los mecanismos de reparación del ADN, por lo que se le ha denominado "guardian del genoma".

Ciertos carcinógenos físicos o químicos, como las radiaciones o sustancias carcinogénicas, pueden producir daños en la estructura del ADN, lo que estimula la producción del p53, cuya presencia por encima del umbral determinado produce la detención del ciclo celular para inducir la restauración y estimular la apoptosis -muerte celular- en caso de que no pudiera ser reparado el ADN. Sin embargo una mutación en p53 tiene el efecto contrario, al no impedir la moderación del ciclo, por lo que se provoca un crecimiento tumoral.

El p53 también puede actuar como oncogén, ya que la proteína p53 mutante anómala, puede adquirir capacidad de transformación celular por sí misma. Las mutaciones productoras de proteínas p53 inactivas aparecen en cerca de la mitad de los cánceres conocidos.

Las mutaciones de los protooncogenes son dominantes y las de los genes supresores son recesivas.

En relación con el cáncer, existe un campo importante de investigación que demuestra la relación que existe entre la rotura cromosómica y la producción de variaciones estructurales, que pueden dar lugar a modificaciones de las secuencias de ADN de los genes que se encuentran en las regiones flanqueantes del punto de rotura y el desencadenamiento de procesos oncogénicos.

La efectividad de la terapéutica a aplicar en el cáncer depende de la detección del estado de avance del proceso tumoral, por lo que es cada vez más necesaria la realización de análisis citogenético.

La complejidad del cáncer se pone también de manifiesto por el hecho de que hasta el momento se han identificado más de 200 tipos de cambios cromosómicos, que implican a todos los cromosomas de nuestro genoma, con excepción del Y, y cuya consecuencia es la formación de más de 50 tipos de neoplasias.

TURKANA

miércoles, 20 de enero de 2010

CÁNCER (IV)


El cáncer se desarrolla a partir de un trastorno génico cromosómico en células individuales.

Gen RAS: mediante una prueba molecular muy sensible para determinar la presencia de una mutación génica que en la actualidad se suele encontrar asociada al adenocarcinoma es la prueba de la reacción polimerasa en cadena, que puede detectar incluso una copia de un gen (o un fragmento de un gen) mediante un método de amplificación que se ha convertido en práctica cotidiana en todos los laboratorios de patología molecular y ciencia forense. El gen humano en cuestión se llama RAS.

Gen PATCHED: este gen aparece muy frecuentemente como gen mutante en la forma más común de cáncer, un cáncer de piel distinto del melanoma que recibe el nombre de carcinoma de las células basales.

En este caso, el gen no se hereda en forma mutante sino que experimenta una mutación en una sóla célula de la piel, probablemente a consecuencia de la exposición a radiaciones UV.
...

PERSPECTIVA EVOLUTIVA

El centro de acción del cáncer abarca desde las más pequeñas subunidades del ADN, los nucleótidos, a las células y el cuerpo entero; comprende la historia humana y el comportamiento social; y ocupa períodos de tiempo desde horas a décadas y hasta millones de años.

En la opinión de Mel Greaves la perspectiva que mejor explica el cáncer es la darwinista, la evolutiva.

La biología evolutiva nos muestra que algunas dolencias particularmente comunes en sociedades humanas pueden entenderse no sólo con referencia a causas proximales o inmediatas, sino también como consecuencia de la discordancia existente entre nuestra genética, anatomía y fisiología, por una parte, y la rápida adquisición de nuevas dietas y estilos de vida, por otra. Esto promete darnos una nueva y valiosa perspectiva sobre problemas médicos tan diversos como la obesidad, la diabetes, las enfermedades del corazón, la degeneración de huesos y articulaciones, las complicaciones del embarazo, la miopía y muchos aspectos del envejecimiento.

La premisa de partida en este relato sobre el cáncer es que la causa inmediata o proximal es la variación o mutación de genes, un juego de azar que sigue unas reglas a un tiempo constreñidas y liberadas por nuestra historia evolutiva. Los genes mutantes y los clones de células en los que residen toman el lugar central en esta historia de la evolución. Esta es una condición necesaria aunque no en sí misma suficiente para una explicación creíble. La explicación más amplia de las causas es mucho más abigarrada, multidimensional e interesante. Estos son los tres ingredientes evolutivos de la historia, resumidos aquí como sinopsis o aperitivo.

*Las cláusulas de penalización

*El trinquete social

*El clon dominante

LAS CLÁUSULAS DE PENALIZACIÓN:

1. Fidelidad imperfecta de la copia, mantenimiento y reparación del ADN

El cáncer refleja cláusulas de penalización intrínsecas a nuestra historia evolutiva. Dos de ellas tienen un origen muy antiguo. La primera es la fidelidad imperfecta de la copia, mantenimiento y reparación del ADN, de lo que se sigue la mutabilidad intrínseca de nuestros genes. El código genético no es sacrosanto; es más, si lo fuera, la evolución no sería posible. Un cierto nivel de propensión al error es una necesidad evolutiva.

2. Medio mutagénico

La vida ha evolucionado en un planeta que tiene una geología radiactiva por naturaleza y que está bañado por una fuente solar y cósmica de radiación electromagnética.

La radiación con actividad ionizante, como los rayos gamma, puede, por transferencia de energía, impartir carga (o ionizar) y alterar la estructura de las moléculas de agua y del ADN de las células.

La propia biosfera crea una rica variedad de toxinas, venenos, substancias químicas y agentes infecciosos que pueden dañar o mutar el ADN.

3. Química endógena dañina

La fisiología de nuestros tejidos y el metabolismo de nuestras células están impulsados por el oxígeno y, por paradójico que parezca, los subproductos de estos procesos pueden dañar y dañan nuestro propio ADN.

Las mutaciones ocurren constantemente y son ciegas a sus consecuencias. Es la materia prima con la que trabajan la selección natural y la evolución en la naturaleza.

4. Requisito fisiológico

El segundo legado ventajoso pero inherentemente peligroso es el requisito fisiológico, especialmente en criaturas multicelulares complejas como nosotros mismos, de funciones celulares que confieren resistencia pero están preñadas de potencial maligno: la plasticidad fenotípica y la gran capacidad de proliferación de ciertas células, combinadas con su movilidad y capacidad invasora, además de la disponibilidad de canales linfáticos y vasculares para la migración celular. Estas propiedades casi cancerosas son características esenciales del desarrollo embrionario, de la inflamación y curación de las heridas, de la renovación de los tejidos, de las respuestas al estrés, y de la función de la placenta durante el embarazo.

Hay por tanto un riesgo potencial inherente de mutación y cáncer en nuestra composición genética y fisiológica, un inevitable bagaje histórico.

5. Presión evolutiva al desarrollo de restricciones a la mutación y cáncer

Las dietas contienen, o debieran contener (sobre todo de origen vegetal) minerales, vitaminas y otras substancias químicas con propiedades protectoras o antioxidantes. También estamos bien provistos de genes que codifican proteínas con funciones protectoras o moderadoras, como la detección y reparación de daños en el ADN, la detoxificación y la función antioxidante.

La proliferación compulsiva o persistente de las células es registrada en la célula como algo potencialmente disruptivo y activa mecanismos de seguridad que compelen a las potenciales fugitivas a adoptar un estilo de vida de quiescente sopor o abocarse a un final suicida.

Las penalizaciones por la transgresión pueden ser severas, por ejemplo, la muerte celular (apóptosis).

Estas funciones protectoras y estos contratos sociales dentro y entre todas las células de las criaturas multicelulares, entre las que nos incluimos, están legisladas por genes, muchos de ellos de considerable antigüedad evolutiva.

Pero estos controles no son omnipotentes, de modo que minimizan pero no consiguen eliminar las mutaciones del ADN. Además, los propios genes reguladores no son inmunes a las mutaciones.

El juego genético de azar que resulta de todo esto está claramente sesgado a favor de la supervivencia.

En consecuencia, los pequeños tumores y unos niveles modestos de cáncer son inevitables y comunes en la naturaleza. Y todos mantenemos el equilibrio más cerca del precipicio de lo que quisiéramos imaginar.

EL TRINQUETE SOCIAL

En nuestra memoria evolutiva como Homo sapiens existe un plan de juego que falla en lo que concierne al cáncer. Falla por culpa de una doble maldición que surge de lo que, en un principio, eran adaptaciones ventajosas. Primero, nuestra capacidad para sobrevivir durante largo tiempo una vez superado nuestro período reproductivo. Y segundo, nuestra propensión a interferir en nuestra biología y la de otros individuos.

Nos hemos convertido en animales sociales en discordancia con nuestra genética, atrapados en un desajuste entre biología y cultura en el que nuestra simple genética resulta incapaz de alcanzar o adaptarse a nuestros estridentes y exóticos hábitos sociales.

EL CLON DOMINANTE

De los miles de millones de células que nuestro cuerpo produce cada día, por lo general sólo una célula y su clon descendiente logran escapar a los controles en toda una vida y causar devastación.

El proceso biológico de desarrollo del cáncer, que tiene su origen en errores en el ADN que conducen a la formación de un clon celular territorialmente dominante no es, al fin y al cabo, sino una curiosa parodia de la diversificación de las especies durante la evolución.

Pero no se reduce a un paralelismo con la evolución: es evolución protagonizada por células con unos 2.000 millones de años de memoria genética de egoísmo unicelular. Nuestras células son parásitos latentes y pueden convertirse en parásitos de hecho, el no va más del atavismo.

El prolongado período necesario para la evolución clonal del cáncer y la falta de una relación lineal o simple entre causa y resultado son características esenciales que al mismo tiempo frustran la identificación inequívoca de los riesgos y atemperan la aceptación de esos riesgos.

En todos estos componentes evolutivos del cáncer, el azar desempeña un papel de comodín. El azar actúa a todos los niveles de la vía causal multidimensional del cáncer, del mismo modo que lo hace en la evolución biológica en general, sin ir más lejos, en la lotería genética que se juega en el momento de nuestra concepción.

Pero es posible jugar con ventaja, si se conocen las reglas del juego.

TURKANA

viernes, 8 de enero de 2010

CÁNCER (III)


Factores exógenos

La influencia de los mecánicos es muy discutible aunque se ha apreciado una mayor incidencia en la aparición de determinados tumores después de traumatismos repetidos -neoplasias de vesícula biliar ocupada por cálculos-.

Las acciones térmicas tienen una relación evidente con los cánceres, asentando estos con mayor frecuencia sobre quemaduras o en zonas sometidas a microquemaduras reiteradas ("Kairo cánceres" en individuos del Japón y Cachemira portadores del hornillo o "Kairo" bajo sus vestidos).

Los rayos ultravioleta influyen en la aparición de cánceres, sobre todo en individuos rubios expuestos durante largo tiempo al sol.

Los rayos X y las substancias radiactivas ionizantes pueden ser recibidos por distintas vías: piel, digestiva, inhalación, inyección, etc.

Los agentes químicos implicados en la aparición de tumoraciones son numerosísimos (varios centenares), inclasificables por su variadísima naturaleza química.

En el grupo de los componentes orgánicos la mayor parte son derivados del carbón (alquitrán, hollín, brea, asfalto, aceites de engrase, antraceno, parafinas, subproductos del petróleo, etc.). El petróleo en sí no es cancerígeno pero sus subproductos lo son en gran intensidad.

Substancias químicas inorgánicas responsables de lesiones cancerosas son el arsénico, zinc, cobalto, cromo, berilio, níquel, amianto, etc.

Respecto al tabaco, de forma general, indicamos el fáctor cancerígeno de los hidrocarburos del papel y de las variaciones del pH que se produce en las vías respiratorias.

Los principales virus cancerígenos se pueden clasificar en:

*Papovavirus: polioma, vacuolante de simio, verruga común, papiloma del conejo.
*Adenovirus.
*Poxvirus.
*Mixovirus: leucemia del ratón, leucemia de aves, cáncer mamario del ratón.

Teorías más aceptadas en el mecanismo de acción cancerígena viral:

1. El virus iniciaría mutaciones inespecíficas en las células, no siendo imprescindible su presencia para la evolución posterior del proceso.

2. El virus se uniría íntimamente al material genético de las células, alterando los mecanismos de multiplicación y determinando la formación del RNA mensajero preciso para la síntesis de proteínas propias.

3. El virus no sería cancerígeno en sí, apareciendo la neoplasia como consecuencia de su asociación con otros agentes que lo activarían en este sentido.

Factores endógenos

La mayor incidencia de determinadas neoplasias en el seno de algunas familias apoya la hipótesis de la participación genética en la etiología tumoral: poliposis de colon, retinoblastoma, neurofibromatosis, xeroderma pigmentoso.

Los factores hormonales pueden influir por un doble mecanismo, bien como agentes cancerígenos propiamente dichos, bien afectando al crecimiento tumoral de neoplasias ya constituidas. Algunas hormonas tienen estructura similar a la de ciertas substancias cancerígenas como ocurre con las de estructura parecida al metil-colantreno.

Los estrógenos determinan la proliferación de las glándulas endometriales y de la mama, mientras que sus antagonistas los andrógenos favorecen el crecimiento prostático. Así, el desarrollo de algunos tumores mamarios se puede ver retrasado por castración y administración de testosterona.

Las alteraciones inmunitarias han sido involucradas en la facilitación de los procesos tumorales; constantemente se estarían produciendo elementos celulares anormales, con mayor o menor intensidad, que serían destruídos por los mecanismos defensivos orgánicos, entre los que destacan los inmunitarios; un fracaso de estos últimos traería consigo la aparición del tumor.

Todos los agentes anteriormente enumerados pueden actuar aisladamente o bien, con toda probabilidad, se asocian y complementan (teoría multifactorial); es decir, más que de etiologías múltiples hay que hablar de etiología compleja.

Tumores de origen mesenquimatoso

Fibromas y Sarcomas

En general los tumores benignos siempre se designan con el nombre del tejido en que se originan añadiéndoles el sufijo -oma-: fibroma, lipoma, condroma, mixoma, osteoma, hibernoma, etc.

Los tumores malignos se designan con el sufijo -sarcoma-: fibrosarcoma, liposarcoma, condrosarcoma, mixosarcma, osteosarcoma.

Se pueden asociar varias formas, debido a la potencia prospectiva del mesénquima; en estos casos se les denomina imbricando los nombres de los tipos que reproducen, así: fibromixoma, fibro-angio-mixoma.

Fibroma

Estos tumores se localizan en cualquier parte en que exista tejido conjuntivo. Según el predominio de sus constituyentes, zona afectada, número de lesiones, edad de aparición y características evolutivas se diferencian en:

*Fibroma duro y sus variantes: F. telangiectásico, F. osificante, Dermatofibroma.
*Fibroma blando.
*Queloide.
*Fibromatosis.

En los fibromas duros se observa abundante substancia fundamental y fibras de colágena apretadas.

Los fibromas blandos son en realidad formaciones hiperplásicas más que verdaderos tumores y están formados por tejido conjuntivo laxo. Se observa infiltración de linfocitos y los vasos sanguíneos son muy abundantes. Se localizan en el tejido laxo de las mucosas (pólipos nasales) y en capas subserosas y vainas nerviosas.

Los queloides son una variante de fibromas duros. Estos tumores tienen crecimiento limitado y después de extirpados pueden recidivar con relativa frecuencia.

Las fibromatosis están constituidas por proliferación de fibroblastos acompañados de substancia fundamental y fibras de colágena; tienen gran tendencia a la recidiva y a la propagación destructiva local. La fibromatosis dérmica ocurre en los niños de más de dos años, sobre todo en la porción distal de los dedos.

Los lipomas e hibernomas reproducen la ultraestructura del tejido graso blanco y pardo respectivamente.

TURKANA
Cuadro de Roberto Zoppini


miércoles, 6 de enero de 2010

CÁNCER (II)


Patología general de los tumores

Entendemos por tumores, blastomas o neoplasias a neoformaciones regulares o irregulares de uno o varios tipos celulares, sin capacidad de alcanzar una forma definitiva en su desarrollo, reproduciendo más o menos la estructura del tejido u órgano del que se han desarrollado; poseen la propiedad de persistir una vez establecidos; generalmente son de crecimiento progresivo e indifinido; no desempeñando ninguna actividad útil para el organismo sino que actúan independientemente de él y regulados por leyes propias.

En su designación generalmente se utiliza la palabra del tejido u órgano del que derivan y el sufijo-oma (condroma, osteoma, hepatoma, etc.). Para las formas malignas de origen epitelial se emplea el término carcinoma.

Caraterísticas de la célula cancerosa

Alteraciones bioquímicas

Bioquímicamente el hecho más importante es la alteración de los mecanismos de información (DNA, RNA) con lo cual la célula cancerosa se comporta independientemente de otros elementos de la misma naturaleza; este hecho ocurre por dos mecanismos diferentes:

1. Que se pierdan elementos indispensables:

mutación de la secuencia de bases del DNA, genes reguladores, gen inhibidor, afectación del represor genético con alteración subsiguiente del gen operador.

2. Que todos estos factores queden bloqueados por diversos agentes (virus, sustancias químicas, físicas, etc.)

Las células cancerosas poseen diferente cantidad de DNA aunque por lo general mayor que en las normales. El RNA aumenta en las células cancerosas en ocasiones hasta dos o tres veces más. Las enzimas están intensamente modificadas y las células periféricas de los tumores poseen una mayor actividad de proteínasas.

El metabolismo se afecta existiendo por lo general un mayor consumo de glucosa, aumento de la glicolisis y mayor producción de ácido láctico (pH más ácido en las células tumorales).

Los lípidos se modifican, fundamentalmente los ésteres de colesterol, lipoproteínas y fosfolípidos. Las células tumorales tienen menor proporción de calcio- Ca, de gran interés en los fenómenos de adherencia; sin embargo, el K y Zn aumentan.

Alteraciones ultraestructurales

En los tumores existen alteraciones en la forma, tamaño, proporción y distribución de sus componentes y en las características de las mitosis. Las células muestran polimorfismo y grandes oscilaciones en el tamaño. Los núcleos celulares pueden ser únicos o múltiples. Los nucleolos voluminosos y abigarrados. Los cromosomas varían de forma y presentan dispositivos aberrantes y su número oscila.

Las alteraciones citoplasmáticas son extraordinariamente variadas, con diferencias en la densidad del hialoplasma entre células tumorales vecinas. Las mitocondrias pueden aparecer disminuidas en número y en ocasiones son el componente primordial del citoplasma dando lugar a un especial tipo celular llamado oncocito.

Las células neoplásicas muestran numerosos polirribosomas libres, exponente de formación activa de proteínas para el crecimiento de la propia célula. El retículo endoplasmático presenta frecuentemente intensas variaciones. El aparato de Golgi puede invertir su polaridad con alteración subsiguiente de los mecanismos secretorios glandulares. Los lisosomas pueden ser muy abundantes.

Las perturbaciones de la membrana celular han sido asociadas a fenómenos de facilitación de la difusión y propagación de algunos de los factores que intervienen en la adherencia intercelular; frecuentemente disminuyen las uniones de refuerzo.

Concepto de estroma y parénquima tumoral

Entendemos por parénquima tumoral a las células neoplásicas propiamente dichas y por estroma del tumor al tejido conectivo vascular que las nutre y sirve de soporte.

Los signos funcionales del tumor pueden ser similares a los del tejido en que se asientan, desaparecer o modificarse; así, algunos adenomas originados a partir de células mucosas siguen con la propiedad de segregar moco.

El estroma tumoral se forma a partir del tejido conjuntivo del órgano en que se establece el tumor y presenta: formaciones vasculares, materia fibrilar, elementos sanguíneos emigrantes y, en ocasiones, formaciones nerviosas que lo atraviesan.

Las células tumorales segregan un factor angiogénico -TAF- que induce a la neovascularización. En el estroma existe variada celularidad, fundamentalmente macrófagos, linfocitos y eosinófilos.

Algunos tumores en su crecimiento son delimitados por el tejido conjuntivo, que reacciona ante el cuerpo extraño fibrosándose y constituyendo lo que se denomina cápsula.

Concepto de benignidad y malignidad tumoral

El concepto de benignidad o malignidad tumoral es clínico.

Los tumores benignos tienen las siguientes características:

-Crecimiento lento y expansivo; rechazan y no infiltran.

-Bien circunscritos.

-Encapsulados normalmente.

-Estructura similar a la de los tejidos de los que proceden.


Los tumores malignos tienen las siguientes características:

-Crecimiento rápido e infiltrante.

-No están delimitados ni encapsulados.

-Su estructura es muy diferente de la del tejido matriz.

-Afectan al estado general del sujeto.

-Se produce invasión y metástasis locales, regionales y a distancia.

-Recidivan una vez destruidos o extirpados.

Propagación y metástasis

La propagación de los tumores puede realizarse por expansión o infiltración. Las metástasis o propagación del tumor a distancia se realizan por implantación de un grupo de células tumorales en lugares alejados del tumor primitivo. Pueden verificarse por vía linfática, sanguínea, serosa, cefalorraquídea, etc.

En el desarrollo de las metástasis intervienen no solamente las características de las células tumorales sino también las del órgano en que se asienten (en el higado por ejemplo encuentran los elementos necesarios para su rápido crecimiento).

Etiología tumoral

Como en todos los procesos en que no existe una causa perfectamente establecida son innumerables las teorías, más o menos verosímiles, que intentan explicar la producción de estos procesos. En general podemos clasificar los factores etiológicos en:

Factores exógenos y endógenos.

Factores exógenos:

*Acciones mecánicas

*Acciones térmicas

*Radiaciones ultravioleta

*Rayos X, substancias radiactivas ionizantes, rayos gamma.

*Substancias químicas

*Agentes vivos, fundamentalmente virus.

Factores endógenos:

*Genéticos

*Hormonales

*Nutritivos

*Inmunitarios

TURKANA
fotografía de Escherichia Coli